INTRODUCIENDO «PRIVATE SECURITY CONVERSATIONS»
Presentamos «Private Security Conversations», ¡una nueva plataforma de debate sobre seguridad privada!
Private Security Conversations es su centro de referencia para entablar debates interesantes sobre el panorama de la seguridad, en constante evolución. Su objetivo es suscitar nuevos diálogos entre profesionales de la seguridad, responsables políticos, investigadores, defensores de los derechos humanos y cualquier persona apasionada por la dinámica de los conflictos y la seguridad.
Hace 10 años se creó la Asociación del Código Internacional de Conducta para Proveedores de Seguridad, con el fin de hacer operativas las normas internacionales en materia de seguridad privada. Desde entonces, se han producido muchos cambios en el sector: la demanda de seguridad privada se ha disparado, los actores de la seguridad privada han adoptado nuevas tecnologías, nuevos espacios y nuevas funciones, convirtiéndose en actores principales en todos los aspectos de la seguridad a escala local, nacional e internacional.
Se han logrado avances, pero aún queda mucho por hacer para desarrollar un sector de la seguridad privada responsable y que rinda cuentas. En todo el mundo, investigadores, reguladores y profesionales están encontrando soluciones, pero falta una plataforma común para compartir estas innovaciones. Con Private Security Conversations pretendemos ofrecer precisamente ese espacio.
Es necesario concienciar sobre las normas y buenas prácticas existentes, estimular la investigación y desarrollar herramientas de orientación y formación adaptadas a los retos actuales. Teniendo en cuenta el tamaño del sector, necesitamos incorporar a este proyecto a más actores de la seguridad privada, a los Gobiernos y a todas las entidades que contratan seguridad privada.
De Blackwater a Wagner: Comprender la evolución de la seguridad privada
¿Cómo ha evolucionado este sector? ¿Hacia dónde se dirige y cuáles son los riesgos asociados a sus nuevos ámbitos de actuación reales o virtuales? ¿Cuáles son los retos a los que se enfrentan y las soluciones que aportan las mujeres y los hombres que trabajan en el sector?
La seguridad es un sector económico dinámico y en expansión que emplea a millones de personas en todo el mundo. Según un informe de la Organización Internacional del Trabajo de 2022, se calcula que ha crecido un 12% de media anual entre 2005 y 2019. También es una industria altamente competitiva con gigantes mundiales y muchas pequeñas y medianas empresas.
La seguridad privada se transforma constantemente. Estas empresas innovadoras y ágiles evolucionan continuamente para afrontar nuevos retos. En el mundo actual, desempeñan una función fundamental en la salvaguarda de aspectos críticos de nuestras vidas, como la extracción de minerales esenciales para nuestra transición ecológica, la protección de nuestras rutas comerciales mundiales físicas y digitales, e incluso la seguridad de nuestros eventos de entretenimiento, como la reciente Copa Mundial de la FIFA en Qatar. El personal de seguridad estuvo en primera línea durante la pandemia de COVID-19 y está adoptando nuevas funciones, como analistas de riesgos cibernéticos o ángeles de la guarda a los que se puede llamar con una aplicación en caso de emergencia.
Los actores privados también están desempeñando un papel renovado en los conflictos y otros entornos complejos. Los contratistas militares fueron una característica dominante de las operaciones multinacionales de las dos últimas décadas, especialmente en Irak y Afganistán. Recopilan información de inteligencia, protegen complejos diplomáticos y almacenes humanitarios, imparten formación al personal militar y de seguridad local y garantizan la seguridad en centros de asilo y prisiones privadas.
Las empresas de seguridad privada y los contratistas militares se confunden a menudo con los mercenarios, reclutados para participar activamente en los combates. En los últimos años, el tenebroso grupo Wagner también ha sido emblemático tanto de un nuevo tipo de «guerra híbrida» como, al mismo tiempo, de la permanencia en la historia de la figura del soldado de fortuna, que prolifera en zonas de crisis ricas en recursos.
Existe mucha confusión en la opinión pública sobre la definición de su estatuto y las normas aplicables. Los actores privados pueden desempeñar un papel muy necesario y legítimo, destinado a mejorar la seguridad, pero también pueden ser el brazo de intereses criminales o turbios de política exterior. Con demasiada frecuencia, los debates sobre seguridad privada se limitan a representaciones caricaturescas del papel negativo de los mercenarios, pintando a todas las empresas de seguridad privada con la misma brocha. Se necesita una comprensión más granular del sector, para informar los debates políticos y jurídicos y presentar las mejores prácticas y soluciones.
Regular un sector en constante evolución
Para quienes promueven una seguridad privada responsable, es fundamental mirar al futuro y anticiparse a los cambios, pues el riesgo de «regular la última guerra» está siempre presente en vista de la dinámica de este sector. Mirar hacia dónde va la industria y renovar el debate en torno a la regulación de los servicios de seguridad es uno de los objetivos de Private Security Conversations.
El poder que tiene la seguridad privada sobre el público, desde la recogida y venta de datos personales hasta el posible uso de la fuerza, exige un mayor escrutinio y responsabilidad. Ante todo, exige la adopción de medidas preventivas para anticiparse a futuros incidentes.
Los guardias de seguridad pueden vulnerar los derechos humanos de otras personas, por lo que es imperativo que las empresas establezcan compromisos y políticas bien definidos. La falta de cualificación, experiencia, formación o trato inadecuado del personal de seguridad aumenta el riesgo de que repercutan negativamente en los derechos humanos de quienes les rodean.
10 años después de la creación de la Asociación del Código Internacional de Conducta y 15 años después de la adopción del Documento de Montreux, ¿en qué punto nos encontramos en cuanto a la regulación y gobernanza del sector? ¿Se conoce y respeta suficientemente la ley? ¿Cuáles son las posibles lagunas?
Según los Principios Rectores sobre las Empresas y los Derechos Humanos de la ONU de 2011, todas las empresas tienen la responsabilidad independiente de respetar los derechos humanos. Para ello, están obligadas a ejercer la diligencia debida en materia de derechos humanos para identificar, prevenir, mitigar y dar cuenta de cómo abordan los impactos sobre los derechos humanos. Cada vez más países y organizaciones regionales están adoptando leyes y reglamentos de diligencia debida en materia de derechos humanos, y se prevé que tengan un impacto en cascada en la forma en que se regula la seguridad privada.
La línea editorial: Por una seguridad responsable
Private Security Conversations publicará entrevistas, podcasts y artículos de opinión. Aunque las contribuciones no reflejarán necesariamente el punto de vista de ICoCA, adoptará el mismo enfoque que el que persigue la Asociación: el de una iniciativa de múltiples partes interesadas, que cree en el compromiso constructivo con todos los actores y aprovecha su inteligencia colectiva para aportar soluciones prácticas.
La seguridad privada no debe estudiarse de forma aislada. La evolución del sector está impulsada por la evolución de las sociedades, las tecnologías o la política internacional. A la inversa, la seguridad privada tiene un impacto sobre las personas y la sociedad que es necesario comprender mejor. Con el lanzamiento de Private Security Conversations iniciamos varias series temáticas: sobre las tecnologías y su impacto en los derechos humanos; sobre la evolución de los servicios militares privados en las relaciones internacionales y sobre las malas condiciones de trabajo en el sector y su relación con un aumento del riesgo para los derechos humanos.
En el 10º aniversario de ICoCA, invitamos a los autores a reflexionar sobre la evolución del sector. Sus sugerencias y comentarios son bienvenidos: escríbanos a blog.editor@icoca.ch.
¡Únase a la conversación!
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