Opinión del observador: Lisa Reilly, Directora ejecutiva del Foro Interinstitucional Europeo de Seguridad

Lisa Reilly es Directora ejecutiva del Foro Interinstitucional Europeo de Seguridad (EISF), observador de ICoCA. Queríamos saber más sobre cómo gestionan el riesgo las organizaciones humanitarias, y qué papel puede desempeñar ICoCA para ayudarles a gestionar su exposición al riesgo cuando contratan empresas de seguridad privada.

¿Puede hablarnos del EISF?

El EISF es una red de apoyo entre ONG para los puntos focales de seguridad global de las ONG que trabajan en múltiples países en el extranjero y es un centro de excelencia para la gestión de riesgos de seguridad humanitaria. En la actualidad, el EISF cuenta con 106 organizaciones miembros repartidas por Europa y Estados Unidos, que trabajan en más de 130 países, entre ellos Afganistán, la República Democrática del Congo, Libia, Sudán del Sur y Yemen,

¿Cómo gestionan el riesgo las organizaciones humanitarias?

Las organizaciones humanitarias presentan formas y tamaños muy diversos, con misiones, umbrales de riesgo aceptables y capacidades para gestionar incidentes diferentes. Es un error común pensar que sus necesidades y prácticas de gestión de riesgos son las mismas, tanto dentro del sector como entre los proveedores externos.

Dicho esto, la mayoría de las ONG reconoce la definición ISO 31000 que identifica un riesgo como cualquier cosa que pueda impedir la consecución de los objetivos. Aunque los enfoques pueden ser diferentes (gestión del riesgo empresarial, modelo de las tres líneas de defensa, integrado en los programas), este consenso muestra que la gestión de los riesgos de seguridad se enfoca principalmente como una herramienta para permitir la acción y el acceso.

En el sector también se reconoce cada vez más la necesidad de abandonar los procesos de seguridad tradicionales, centrados en los sistemas, y desarrollar un enfoque de la gestión de riesgos de seguridad más centrado en las personas. El EISF apoya activamente a sus miembros para que adopten un enfoque que responda a las necesidades específicas de seguridad de cada cooperante.

¿Qué riesgos y oportunidades ofrece la contratación de empresas de seguridad privada a las organizaciones humanitarias, y cómo se gestionan?

Por cuestiones de rentabilidad, las ONG suelen contratar servicios de vigilancia para sus oficinas en el extranjero. De hecho, la mayoría de las organizaciones no puede permitirse mantener vigiladas las oficinas, los alojamientos y los almacenes las 24 horas del día. Sin embargo, estos servicios plantean retos. La mayoría de las ONG utiliza principalmente una estrategia de seguridad de «aceptación», es decir, pretenden cambiar la naturaleza de la amenaza mediante la aceptación de los actores locales. Dada su visibilidad, los guardias tienen un fuerte impacto en las percepciones locales y, si no se les integra lo suficiente en la «familia de la organización», la imagen que proyectan puede dañar significativamente la «aceptación» de la organización.

Otro reto que plantea la contratación de servicios de vigilancia es la inclusión de un componente de «respuesta armada» en caso de ataque que puede acarrear graves consecuencias y responsabilidades en materia de deber de diligencia.

Las PSP también se utilizan para evaluaciones y análisis de riesgos, de forma periódica o ad hoc, formaciones y respuesta a incidentes (por ejemplo, evacuación, secuestro). Una preocupación en este sentido es que algunos PSP tienden a cambiar el problema para adaptarlo a la solución que venden, en lugar de modificar los servicios para adaptarlos a las necesidades de la organización. Esto es especialmente perjudicial cuando las ONG están empezando a comprender sus carencias pero aún no tienen claras las distintas soluciones disponibles. Al facilitar las conversaciones, el EISF ayuda a las ONG a ser más conscientes y tomar decisiones informadas sobre estas opciones.

El EISF dirigió recientemente una campaña llamada «¿A qué precio?» para concienciar sobre los anticuados procesos de financiación de la seguridad en el sector de la ayuda. ¿Por qué cree que las organizaciones, humanitarias o de otro tipo, son reacias a dotar adecuadamente de recursos a la seguridad y cuáles son los riesgos asociados a ello?

El primer problema es que muchos responsables de seguridad no saben hacer un presupuesto. No pueden calcular lo que cuesta la gestión de los riesgos de seguridad y, por tanto, son incapaces de abogar dentro de su organización por una dotación adecuada de recursos.

En segundo lugar, al no estar desglosados, los costes reales no son fáciles de justificar, lo que lleva a incluir la seguridad en los gastos generales. Aunque muchos donantes dicen que cubrirán los costes de seguridad si los solicitantes lo piden, no insisten en que las ONG demuestren que se incluyen los costes adecuados de gestión de riesgos de seguridad. Los redactores de propuestas saben que a los donantes no les gustan los gastos generales elevados, por lo que a menudo se recorta la seguridad.

Los riesgos de no dotar a la seguridad de los recursos adecuados pueden ser considerables, desde muertes y secuestros hasta el fracaso en la ejecución de los programas. Cualquiera de ellas puede provocar una pérdida de credibilidad ante los donantes, daños a la reputación y dificultades para contratar y retener a personal competente. Por desgracia, cuando las cosas no van mal, es difícil demostrar que se debe a una gestión eficaz de los riesgos de seguridad.

¿Cómo se percibe a ICoCA dentro del sector humanitario, y cómo puede ICoCa colaborar más estrechamente con las organizaciones humanitarias para garantizar que contratan a empresas de seguridad responsables que respetan los derechos humanos y la legislación nacional e internacional?

El compromiso entre EISF e ICoCA desde el Documento de Montreux es un buen ejemplo de la creciente concienciación entre las ONG y la priorización del uso de PSP responsables. La certificación de ICoCA ayuda al EISF a informar a sus miembros sobre cómo identificar a los PSP éticos. Aunque la afiliación suele ser asequible para las ONG más pequeñas y demuestra un compromiso con los principios de ICoCA, en el lado negativo, muchos de los PSP nacionales que las ONG utilizan consideran en la actualidad que los procesos necesarios para alcanzar los estándares del sector exigidos actualmente para la certificación ICoCA son demasiado costosos. Pero esto no es un obstáculo insalvable y EISF se complace en colaborar con ICoCA en sus esfuerzos por hacer que ICoCA sea más accesible a los PSP más pequeños y con sede en el sur.

ICoCA también está trabajando con EISF en el desarrollo de un módulo para la guía Security to Go, con el fin de garantizar que las ONG puedan seguir buenas prácticas en la contratación de PSP adecuados.