Antecedentes
La mina de Porgera está ubicada en Porgera, Papúa Nueva Guinea, en la región montañosa del país. Una comunidad indígena, los Ipili de Porgera, vive en el área que rodea la mina.
La seguridad en esta mina es provista por empresas privadas de seguridad además de la policía de reserva de Papúa Nueva Guinea, que opera en la mina bajo las disposiciones de un Memorando de Entendimiento. El Memorando de Entendimiento que establece este acuerdo de seguridad no ha sido hecho público ni por la mina ni por funcionarios de Barrick Gold. Sin embargo, se ha documentado que los “policías de reserva” tienen poder de arresto y están integrados en las prácticas policiales regulares de Papúa Nueva Guinea.
Dos informes de Human Rights Watch, emitidos en 2005 y 2006, señalaron varias preocupaciones con respecto a las prácticas policiales en la zona, incluyendo el uso excesivo de la fuerza, arrestos y detenciones arbitrarias, y violaciones sexuales. Informes anuales posteriores no mostraron mejoras sustantivas en el área de derechos humanos; además, Human Rights Watch destacó que los policías de reserva recibían considerablemente menos paga y capacitación en comparación con la policía regular, y eran “especialmente señalados por actos de violencia y otras actividades ilegales.”
El Incidente
Se alega que 119 mujeres fueron sometidas a violencia sexual y uso excesivo de la fuerza por parte del personal de seguridad de la mina y la policía. Una de las víctimas afirmó que fue violada en grupo por cinco miembros del personal de seguridad en septiembre de 2009. Los presuntos responsables no fueron llevados ante la justicia.
Aspectos Legales
Casos Judiciales
Once mujeres y niñas que supuestamente fueron violadas o agredidas sexualmente llegaron a un acuerdo extrajudicial mientras se preparaban para demandar a Barrick Gold en los Estados Unidos, convencidas de que no podrían obtener justicia en Papúa Nueva Guinea.
Después de que Barrick Gold realizara una investigación interna en respuesta a las denuncias de violación y agresión sexual, la empresa calificó los resultados de la investigación como “alarmantes” y despidió a varios miembros del personal de seguridad por su implicación en, o por no haber reportado, los presuntos incidentes de agresión sexual. Como resultado, dos ex empleados de Porgera fueron acusados de violación, y un tercer ex empleado fue acusado de causar lesiones corporales graves.
El Código Internacional de Conducta
El Código Internacional de Conducta exige que el personal de las empresas Miembros y Afiliadas tome todas las medidas razonables para evitar el uso de la fuerza, y que, en caso de utilizarse, esta sea proporcional a la amenaza y apropiada para la situación. (Reglas sobre el Uso de la Fuerza: párrafo 29; Uso de la Fuerza: párrafos 30-32)
Además, el Código Internacional de Conducta requiere una rigurosa selección y evaluación del personal, la evaluación de su desempeño y funciones, así como la formación del personal en el Código y en el derecho internacional pertinente, incluidos los derechos humanos y el derecho penal internacional.
Según el Código Internacional de Conducta, las empresas no pueden permitir que su personal participe en o se beneficie de la explotación sexual, el abuso o la violencia o crímenes de género. Las empresas de seguridad deben exigir a su personal que se mantenga alerta ante cualquier caso de violencia sexual o de género, y que informe de estos casos a las autoridades competentes. (Explotación y Abuso Sexual (EAS) o Violencia Basada en Género (VBG): párrafo 38)
Cumplir con los requisitos del Código de Conducta puede ayudar a las empresas de seguridad privada y a sus clientes a garantizar que el personal de seguridad esté calificado, capacitado, respaldado, informado y actúe con responsabilidad.
Directrices sobre la Prevención y Abordaje de la Explotación y el Abuso Sexual
Recursos sobre la Prevención de la Explotación y el Abuso Sexual
Impacto
En 2015, la demanda entre 14 ciudadanos de Papúa Nueva Guinea y Barrick Gold Mine, relacionada con presuntos actos de violencia sexual, fue resuelta fuera de los tribunales. Según el acuerdo, los individuos recibieron una compensación en el marco del “Porgera Remedy Framework” y un pago por su participación en el proceso de mediación, que finalmente condujo a la resolución de la demanda.
Mark Bristow, presidente de Barrick Gold, expresó su deseo de recuperar la confianza de la comunidad a través de un nuevo acuerdo con diversas características. En primer lugar, el nuevo acuerdo elevó la participación accionaria de Papúa Nueva Guinea al 51%. Además, las partes interesadas de Papúa Nueva Guinea recibirían el 53% de los beneficios económicos y se garantizarían los pagos de impuestos al gobierno. El gobierno tendría garantizados los ingresos fiscales, independientemente de si se recuperan o no los costos de las mejoras de capital en la mina. Asimismo, el acuerdo otorgaba a Papúa Nueva Guinea el derecho a comprar la mina al cabo de 10 años, a valor de mercado justo, si Barrick no lograba recuperar la confianza.
En 2012, Barrick Gold reconoció el problema de violaciones en la mina de Porgera y creó el “Porgera Remedy Framework”, un proceso no judicial organizado por la empresa para escuchar y atender reclamaciones por violencia sexual.
Debate
¿Cómo pueden las empresas de seguridad privada y sus clientes prevenir el abuso sexual y la explotación de poblaciones vulnerables?
¿Qué puede hacer una empresa de seguridad privada para «recuperar la confianza» de una comunidad después de que ocurra un incidente?
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Fuentes
- OHCHR | Report on the relationship between private military and security companies and extractive industry companies from a human rights perspective in law and practice
- Barrick Gold lost its ‘social licence’ in Papua New Guinea. This is the price it’s paying to earn it back | Financial Post
- Barrick Gold | Leigh Day
- Survivors Who Alleged Rape and Killing at Papua New Guinea Mine Pleased With Barrick Gold Settlement | EarthRights International
- Papua New Guinea: Serious Abuses at Barrick Gold Mine | Human Rights Watch
- Canada mining firm compensates Papua New Guinea women after alleged rapes
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Case prepared by: Madison Zeeman