La nueva directiva de la Unión Europea sobre la diligencia debida obligatoria para las empresas no presta suficiente atención a los peligros en juego en las zonas afectadas por conflictos y de alto riesgo.
Muchas empresas con sede en la Unión Europea operan en zonas de conflicto y de alto riesgo. Corren un alto riesgo de verse implicadas en graves abusos contra los derechos humanos y violaciones del derecho internacional humanitario.
La Unión Europea debe garantizar una mayor armonización de sus políticas con los Principios Rectores de las Naciones Unidas, que exigen que los estados y las empresas lleven a cabo una diligencia debida intensificada y sensible al conflicto cuando actúen en estos ámbitos.
Hoy nos unimos a organizaciones y profesionales académicos activos en el campo de las empresas, los conflictos y los derechos humanos para pedir un cambio.