FLORENCE Y MANUELA, FLASH INTERVENTION, COSTA DE MARFIL

Florence, Flash Intervention, Costa de Marfil

 

«Cuando me contrató la Oficina de agentes de seguridad, hubo mucha sorpresa. Mucha gente dudaba de mi capacidad para «hacer el trabajo» como podría hacerlo un hombre. Para ellos, «ninguna mujer podría hacer ese trabajo».

Conozco los nombres de los 371 agentes de seguridad de mi sección, los centros clientes en los que trabajan y las instalaciones de esos centros. Tengo que encargarme de planificar y gestionar los estados de ánimo y las preocupaciones de la gente. El trabajo por turnos repercute claramente en mi vida familiar.

Tenemos que respetar nuestros compromisos con los clientes y el primero de ellos es la puntualidad al inicio del turno de nuestros agentes de seguridad. No se puede llegar tarde, y los días empiezan temprano. Créeme, se necesita cierta fuerza para regañar a los rezagados o recordar las normas. Debo admitir que la necesidad de tener ese carácter fuerte y la capacidad de imponer la ley fue una fuente de preocupación al principio.

Ahora disfruto con lo que hago y me gustaría llegar más lejos. Algún día, ser nombrada «Jefa de área» sería una bonita respuesta a quienes dudaban de mí, y demostraría a algunos hombres que para las mujeres lo importante es nuestra competencia y que podemos hacer lo mismo que ellos. Solo espero tener la oportunidad»

 

Manuela, Flash Intervention, Costa de Marfil

«Al principio, ser asistente de la Dirección de operaciones parecía un trabajo bastante administrativo: planificación, proveedores, informes, etc. Todas esas tareas que, sin pensar, todo el mundo tiende a asociar con la palabra «asistente».

Pero la palabra «operaciones» es la clave para definir la función, ya estas abarcan 1700 agentes de seguridad, 80 vehículos de intervención, equipos que dirigir, equipos específicos para nuestro sector de actividad, intervenciones que realizar si salta una alarma, normas que aplicar estrictamente… en su mayor parte, por hombres.

Esta profesión te puede atrapar: es absorbente, con situaciones inesperadas en las que necesitas encontrar respuestas. Cumplir los compromisos con el cliente puede a veces perturbar tus propios planes personales. Así que, aunque sigo implicada, también intento equilibrar mi vida familiar. La estabilidad familiar es beneficiosa para ser un empleado comprometido, por lo que debes vigilar de cerca ambas partes de tu vida.

Aunque las cosas están evolucionando, es lamentable que, debido a su cultura y a la sociedad a la que pertenecen, algunas mujeres se hayan convencido incluso a sí mismas de que ciertas profesiones les están vedadas. Para mí, que trabajo en un entorno profesional muy masculino, el rigor, la firmeza y la cortesía son todo el cóctel necesario para imponer respeto y encontrar su sitio».