INFORME DEL TALLER SOBRE FUTURAS TENDENCIAS DE SEGURIDAD

La Sexta Asamblea General Anual estuvo precedida por un taller sobre las tendencias futuras en materia de seguridad, que tuvo lugar el 20 de noviembre de 2019.

En el primero de los talleres convocados por ICoCA, Jamie Williamson, director ejecutivo de ICoCA, abrió el acto presentando proyecciones de datos sobre una serie de temas y pidió a los participantes que reflexionaran sobre sus posibles implicaciones para la seguridad. Ante la previsión de que el 75 % de la población mundial vivirá en entornos urbanos en 2045 y de que el 40 % de la población mundial viva en barrios marginales en tan solo una década, se preguntó a los participantes cómo podría proporcionarse seguridad en este tipo de entornos, y cuáles podrían ser las implicaciones para la gobernanza. El cambio climático ya está causando importantes trastornos humanitarios. Para 2050, la Cruz Roja prevé que 200 millones de personas necesitarán ayuda humanitaria debido al cambio climático. ¿Cuáles son las consecuencias para la seguridad, dado que el potencial de conflicto y violencia aumenta considerablemente en entornos tan frágiles? A medida que la erosión de la provisión de seguridad estatal se equilibra con el auge de los actores no estatales, los proveedores de seguridad privada que actúan en este espacio deben considerar cuidadosamente cómo podrían afectar estas tendencias a sus propias operaciones.

Jamie Williamson, director ejecutivo de ICoCA

El crecimiento exponencial de la tecnología Jean-Marc Rickli, jefe de Riesgo Global y Resiliencia del Centro de Política de Seguridad de Ginebra (GCSP), ofreció a los participantes una presentación convincente y a veces aterradora sobre el impacto de la tecnología en la seguridad en los próximos años. Pensemos, por ejemplo, que la potencia de cálculo se duplica cada dieciocho meses y que, para 2030, 50 000 millones de dispositivos producirán datos a un ritmo nunca visto. Tenemos que prepararnos con rapidez para los cambios perturbadores que se avecinan. Dado el ritmo exponencial de desarrollo en áreas como la inteligencia artificial y la robótica, y la aplicación de estas tecnologías en el sector de la seguridad como, por ejemplo, los sistemas de armas autónomas, las implicaciones son significativas.
Cómo puede ayudar la anticipación estratégica
A continuación, Emily Munro, jefa adjunta del Programa de Retos de Seguridad Emergentes y jefa del Grupo de Anticipación Estratégica del Centro de Políticas de Seguridad de Ginebra (GCSP), analizó cómo la previsión estratégica puede ser una herramienta útil para que empresas y gobiernos comprendan las implicaciones de estas tendencias en la provisión de seguridad. Las empresas que utilizan de forma eficaz estas herramientas son más capaces de adaptarse a los cambios y más resistentes a los riesgos que, inevitablemente, se presentarán en algún momento.
Las implicaciones para una provisión responsable de seguridad privada
Richard Wylde, socio de Control Risks, se centró en el sector de la seguridad y en las implicaciones de estas tendencias para la prestación de unos servicios de seguridad responsable que respete los derechos humanos y el derecho humanitario. Dado el ritmo y la magnitud de estas tendencias, los gobiernos se inclinarán cada vez más por contratar a empresas de seguridad privada mejor posicionadas para reaccionar con rapidez a las fuerzas tecnológicas y del mercado. En esta realidad, será necesario un nivel de cooperación mucho mayor entre los sectores público y privado para garantizar que se alcanzan altos niveles en la prestación de servicios de seguridad.

Richard Wylde, socio en Control Risks

Las implicaciones para ICoCA
Sorcha MacLeod, becaria Marie Skłodowska-Curie y profesora asociada de la Universidad de Copenhague y miembro experto del Grupo de Trabajo de la ONU sobre el uso de mercenarios, reflexionó sobre el hecho de que muchas de estas tendencias se solapan y entrecruzan entre sí. De hecho, en lugar de ser peligros lejanos, ya los tenemos en gran medida sobre nosotros. La población se encuentra con agentes de seguridad privada en todos los niveles de la crisis, y en todas las fases se observan importantes problemas de derechos humanos. La cuestión para ICoCA y sus miembros es si el Código de conducta, que se formuló hace casi una década, se adecua a su propósito. Tras analizar detenidamente estas tendencias, la Dra. MacLeod concluyó el taller preguntándose si es necesario actualizar o modificar el Código Internacional de Conducta para garantizar que tenga plenamente en cuenta estas nuevas tecnologías y nuestro mundo en rápida evolución.