DANDO FORMA AL FUTURO DE LA SEGURIDAD PRIVADA RESPONSABLE

El año pasado se han producido cambios significativos en la supervisión de las cadenas de suministro corporativas, con la adopción por parte de la UE de la Directiva sobre diligencia debida de las empresas en materia de sostenibilidad (CSDDD) y la entrada en vigor de la Directiva sobe informes de sostenibilidad corporativa (CSRD). La CSDDD exige la diligencia debida para abordar los riesgos relacionados con los derechos humanos, incluidos los vinculados a la seguridad privada, mientras que la CSRD demanda una mayor transparencia en las prácticas de sostenibilidad. Estas medidas fomentan que las empresas y los proveedores de seguridad privada den prioridad a las prácticas responsables y al cumplimiento de los derechos humanos.

En respuesta a estos cambios, ICoCA ha desarrollado un nuevo Plan Estratégico para 2024-2030, centrado en el bienestar del personal de seguridad, una transición justa, una mayor responsabilidad y el uso responsable de las nuevas tecnologías dentro de la industria. Estos esfuerzos aseguran que ICoCA continúe apoyando a sus socios en la adaptación a este panorama regulatorio en evolución, al tiempo que promueve prácticas éticas y sostenibles. Este Plan Estratégico 2024-2030 tiene como objetivo posicionar a ICoCA como la plataforma líder para establecer normas internacionales en la intersección de la seguridad privada y los derechos humanos, y garantizar el cumplimiento de los derechos humanos y el derecho internacional humanitario en el sector de la seguridad privada. El Plan se estructura en torno a cinco prioridades clave:

  • Regionalización: En la economía globalizada actual, las empresas y los proveedores de seguridad privada están bajo un escrutinio más intenso en cuanto a sus prácticas de derechos humanos, particularmente en contextos de alto riesgo con gobernanza débil y un Estado de derecho frágil. La obligación de respetar los derechos humanos es universal para todas las entidades y actores corporativos, sin importar dónde operen. Sin embargo, los diversos y complejos contextos locales requieren enfoques personalizados para la diligencia debida en derechos humanos y la gestión de riesgos.
  • Condiciones laborales: Garantizar condiciones laborales positivas para el personal de seguridad privada es esencial para la implementación exitosa y efectiva del Código Internacional de Conducta. Investigaciones realizadas por ICoCA han demostrado que estas condiciones son factores clave no solo para salvaguardar los derechos humanos dentro de la industria, sino también para prevenir abusos por parte del personal de seguridad.
  • Transición Justa: La «Transición Justa» se refiere al cambio hacia una economía más verde de manera justa e inclusiva, creando oportunidades de trabajo decente y sin dejar a nadie atrás. Si bien la transición hacia las energías renovables ofrece un gran potencial para combatir el cambio climático, debe llevarse a cabo con una cuidadosa consideración de los derechos humanos.
  • Nuevas tecnologías: La industria de la seguridad privada está experimentando una transformación significativa debido a la integración de nuevas tecnologías que complementan los servicios de seguridad tradicionales. Estos avances tecnológicos están diseñados para mejorar las capacidades de los proveedores de seguridad privada habilitados por tecnología, introduciendo servicios de seguridad innovadores y remodelando el panorama del mercado de la seguridad. Al incorporar nuevas tecnologías, los proveedores de seguridad pueden mejorar la detección y prevención, optimizar los tiempos de respuesta e incrementar la eficiencia general en la mitigación de riesgos para sus clientes.
  • Responsabilidad: En una economía global cada vez más interconectada, las actividades corporativas en sectores de alto riesgo, como la minería, la agricultura, la silvicultura, la producción de alimentos y las finanzas, pueden tener impactos profundos y, a menudo, perjudiciales en varios países.

 

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(en inglés)